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El contrato de comodato es un contrato traslativo de uso en el
que una persona denominada
comodante transfiere el uso a título gratuito de un bien a otra persona llamada comodatario entonces tenemos que las
partes que integran esta relación jurídica se les denomina
comodante y comodatario.
La etimología de comodato viene del latín commodātum, que
puede traducirse como “préstamo”. Por lo cual es espíritu de
este tipo de contrato, es otorgar o recibir un objeto en
préstamo, el cual puede utilizarse sin que resulte dañado.
El comodato también se conoce como préstamo de uso. Una de las
partes del contrato entrega un bien a la otra parte para que
ésta lo utilice hasta un determinado momento, cuando debe
concretar su devolución. En este tipo de contrato, el comodante
es quien cede un elemento al comodatario para que lo use durante
un cierto periodo y después lo devuelva.
Es importante tener en cuenta que, mientras se desarrolla el
comodato, el comodante mantiene la propiedad del objeto
prestado. Esto quiere decir que el dominio y la titularidad no
se transfieren, más allá de que el bien en cuestión esté siendo
usado por el comodatario.
Como en todo contrato, este especifica obligaciones para cada
una de las partes. Sin embargo, dado que éste es de tipo
unilateral, las del comodante nacen de principios de justicia,
ya que tienen carácter accidental o eventual:
Las obligaciones del comodatario se limitan a la conservación
del bien concretamente este deberá, por Ley, poner todo su
esfuerzo en conservarlo pues será responsable de cualquier daño
que sufriera por su culpa. Si el bien tuviera un daño tal que ya
no pudiera usarse de la forma en que debería, el comodante podrá
exigir que se le pague el valor de la misma (antes del
deterioro) y dejarle la propiedad al comodatario
El Comodante es entonces responsable a cargo de los gastos que
se vuelvan necesarios para usar y conservar la cosa prestada; si
el comodatario necesita invertir una suma de dinero
extraordinaria para conservar o reparar la cosa prestada, el
comodante debe entregársela. La condición, en un caso eventual
como éste, es que el primero se lo haga saber antes de realizar
el gasto, aunque si se trata de una urgencia es posible pasar
por alto el aviso sin perder el derecho a un reembolso;
Otro dato relevante a considerar es que el comodato es un
contrato gratuito: quien recibe el objeto no paga por él. Por lo
tanto, no se trata de un alquiler.
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